Tu foto me miraba más que vos. No me di cuenta, masturbación, expresión egoísta. Tu cuerpo para vos. Siempre para vos. Te miraba. Odio el último recuerdo que tengo, la última foto que te saqué. Tomabas vino, hablabas con otros. Yo atado por cuatro cadenas unidas con quince candados de diferentes tamaños. No pertenecía a ese lugar, ni a tu mundo. Ya no tenía nada que hacer allí. No me diste las llaves. Desperté por la fuerza. No había cadenas más que mis propios brazos sosteniendo los tuyos. Y los tuyos me dejaban y yo no quería soltarte. Lenta, peligrosamente. Los nudos se deshacían. Los candados se abrían solos, no sin antes pasar por mi cuello, frenar el aire. Apenas respirar. Decidí fumar un último cigarrillo a pesar de la falta de aire. Entonces dije "Vayámonos".