It wasn't what I wanted. Con el viento de las 9:35 de la noche, mis pensamientos se pierden. Intentan robarme unas lágrimas que aún no logro sacar. El viento se lleva la basura en su lomo, pero no logra limpiar las calles, sólo molestar a los caminantes y desparramarla por todos lados. En el hotel, descansan los Gitanos. En la puerta, ellas se paran a hablar de lo que ha sucedido durante el tiempo en el que no se vieron. Los niños pueden tomar aire y corretear sobre la vereda que da a una de las avenidas más transitadas. De día, empresarios. De noche les pertenece a los niños. El semáforo corta a los peatones. No podemos cruzar. No me puedo quedar parado, no me puedo sostener. Me siento en el cordón de la vereda ¿Estoy cansado? No tengo fuerzas. Respiro y pienso ¿Es esto realmente algo que estoy viviendo y que es real? Respiro y pienso. Mi pecho se llena de algo que no sé si se llama angustia. "Angustia no, no" dice Nekro. Pero en éste momento no está para decírmelo. Dije que estaba bien, e intento creer en el poder de las palabras para poder cambiar la realidad. Pero no tengo fuerzas para decir que estoy bien. Entonces me sumerjo un poco más. No pensé que me golpearía la cabeza tan pronto, pero ahora entiendo que las personas pueden esconder muchas cosas, además de la mirada. Y así escondiste la mirada. El semáforo cambió nuevamente. Me senté en la vereda una vez más. No tengo fuerzas. Son mis pies, o mi cabeza. Tomo Avenida Entre Ríos. Se me acerca un hombre y susurra algo a mi oído. La música estaba muy fuerte en mis oídos. No lo escuché, ni quería escucharlo. Yo no le creo. Ya no le creo a nadie.