Sunday, July 4, 2010

SomeTimes.

¿Sabés por qué había mosquitos? Porque hoy iba a hacer mucho calor. ¿Y sabés por qué sonreía cuando te miraba? Porque hay ciertas veces en las que las palabras no pueden explicar pensamientos. Y a veces no sé nada del todo. Me pica la pierna, me picó un mosquito.
La ciudad estaba hermosa, casi como de costumbre. Sábado. Los pájaros habían dejado ya de cantar para dar lugar al solitario ruido del agua de la fuente de la plaza. El Sol se había escondido para dar lugar a las luces de los monumentos arquitéctonicos. Prendí un cigarrillo, aunque lo que necesitaba era alcohol, no tabaco. Que el amor, que las personas, que el trabajo. Que vos, que yo. Que es difícil, que es fácil. Que huir. Que me gusta escucharte. Y me gusta cuando me escuchás. Que las personas hablan mucho, pero no hacen nada. Que las personas sienten mucho, y también callan mucho. Y me pregunto ¿Cuánto realmente debemos callar para no demostrar? ¿Cuánto debemos esconder para no derribar lo construido? Y si callamos demasiado, podríamos dejar de construir. No puedo evitar preguntarme en dónde se encuentra el punto justo entre el esperar que sucedan las cosas llegando a caer en el olvido mismo y decir las cosas que se sienten llegando a romper lo poco que podría haber sido.
La Ciudad tiene un gusto amargo cuando se pierde. Si es que se pierde ¿Se pierde? Como cuando te pintas las uñas de una sola mano. Las personas te miran con cara rara. Y no te miran la mano que tenés sin pintar, te miran la mano en la que tenés todas las uñas pintadas. Siempre mirando el lado oscuro de las cosas. Pintarse una sola mano no es tan malo. Perder tampoco. Perder no es tan malo. Se aprende a tener esperanzas, a que saben las esperanzas, a que las oportunidades llegan, hay que hay que saber aprovecharlas. Perder puede ser una opción y siempre hay que considerarla.
Mientras miraba mi cigarrillo quemarse a contraluz de sus ojos, le dije a Eugenia que a veces uno se acostumbra tanto a perder que se predispone a que las cosas malas sucedan, y así, va perdiendo los miedos. No estoy pensando en que todo saldrá mal, pero no sé hasta qué punto es bueno perder los miedos. Aún así, las preguntas seguirán en mi mente.

2 comments:

Luli M. said...

Yo acabo de leer 4 ó 5 entradas tuyas de un tirón, y puedo decir que me gustó.
Mi única objeción, es la condenada verificación de la palabra para comentar, pero es un detalle (?)

Anonymous said...

Hola stranger escritor! El destino me trajó aqui hace unos días, y no me deparo alguna oportunidad que me obligase a tener que expresar. Hasta el día de hoy, mi querido desconocido.
Primero, y antes que todo, voy a citar. La fuente es una banda, Erasure. Y una de sus canciones, no tan emblematica como "Un poco de respeto", "Para" o "El Amor" (si, yo escribo Amor con mayúscula, ¿y qué?). Dice, entonces, "Sometimes The truth is harder Than the pain inside: Sometimes It's the broken heart That decides". El analisis, debería ser, como para con todo arte, exclusivamente individual. La canción es "Sometimes".
Y en segundo lugar queria decir que si bien el miedo, en sí, es una sensación horrible, y nos hace testigos de una incapacidad total, la nuestra y la de todos, es posible cambiar miedo por medio, y hacer, por tanto, del miedo un medio de valor de las cosas alrededor. Hablo de que podemos pensar al miedo en el sentido de cuanto valor nos propone la vida para vivirla, o para sufrirla. De ahi lo positivo de vencer un miedo, la enseñanza, o el placer.
Y por ultimo y en tercer lugar, solo queria subrayar que el día sabado me pico un mosquito, y me lastime al rescarme con mis uñas.
Mucha Suerte!
JL. (no es mi nombre, si no mi situación; más bien lo que era mi situación y mis días)